Dos días de lujo con un ambiente inmejorable han sido el balance de la Romería de San Isidro Labrador de El Rigüelo (Casariche) de este año, que se ha celebrado los días 16 y 17 de Mayo. En conjunto, según ha destacado la Hermandad «ha sido un fin de semana excelente, cargado de propuestas lúdicas y festivas para todos los gustos y con una alta participación. Muchas gracias a tod@s».
En esta ocasión, los actos festivos comenzaron el sábado 16, a partir de las 9:30 de la mañana, con la celebración de la Misa en honor a San Isidro, para seguidamente, a las 10 horas, iniciar el recorrido de la imagen en procesión desde Casariche hasta El Rigüelo, estando acompañada musicalmente por la Asociación Cultural Musical Maestro Vitito de Casariche.
Por la tarde, a partir de las 5:30 de la tarde , dieron comienzo las actividades con la celebración de la carrera de cintas a caballo. Después, a partir de las 8:30, hubo una actuación de baile de Bachata a cargo de Belén Escalera, y también baile de sevillanas a cargo de Elena Moriana y su grupo. También en la noche del sábado se llevó a cabo la elección de los más bell@s de las fiestas. Como viene siendo habitual en esta romería, no faltaron, a partir de las 12 de la noche, el tradicional juego de la escoba y la buena música, en esta edición, a cargo del trío Barbarela. Asimismo, a las 2:30 de la madrugada, se repartiió chocolate y churros entre los asistentes.
El domingo 17 de Mayo, la caseta abrió sus puertas a las 11 de la mañana. Una hora después, a las 12 del mediodía, San Isidro salió en procesión por el campo, también bajo los sones de la banda de música Maestro Vitito. A partir de las dos, se llevó a cabo el tradicional concurso de comida campestre y, seguidamente, a las 2:30 hubo degustación gratuita de una deliciosa paella cocinada por Francisco Mendoza. Por la tarde, los más pequeños disfrutaron con diversos juegos populares infantiles, y después, hacia las siete, se realizó la entrega de trofeos y la clausura de las fiestas, momento que aprovechó la nueva directiva de la Hermandad para hacer entrega de un reconocimiento a la gran labor desarrollada por sus anteriores directivos.
